Hay que ver para creer / lo que es la vida en el llano
anegado en el invierno / y reseco en el verano
cruzado por mil caminos / que siempre llevan a un lado
igual por el peón del hato / que siempre lo hace descalzo
o por el dueño 'el ganao / que va en carro o a caballo.
Hay que ver lo que es la vida / hay que ver lo que es el llano
donde se encierran sorpresas / que asombran al más pintao
como esa que me contaron / víspera de un Jueves Santo
de que una familia rica / tiene un pacto con el Diablo
y que tienen que cumplirlo / al final de cada año.
Muy cerquitica de Achaguas / tienen fundo y un gran hato
la gente dice que tienen / bastante ganado herrado
y que se hacen incontables / los que son bien cachilapos
que hay bestias pasitroteras / y mucho bicho maranto
y que sobran los mañosos / pero también los hay mansos.
Pero lo curioso, cámara / lo más curioso del caso
es que nadie ve una res / majando en aquellos pastos
si acaso pega el olor / a mapurite y mastranto
pero a la hora 'e vender / y de hacer trabajo 'e llano
se abarrotan los corrales / de todo tipo 'e ganado.
Por la manga entran los zainos / los colorados y sardos
los mojosos y los negros / alazanos y castaños
mugiendo llegan los toros / careando con los más bravos
y las vacas se le apartan / echando el becerro a un lado
cuentan de a cientos los bichos / parece que llegó el Diablo.
Yo, que también soy llanero / porque nací en San Fernando
quisiera también contar / lo que a mí me está pasando
no digo que soy incrédulo / pues creo en Dios, no en el Diablo
porque entre creer que él salga / y tené un pacto cerrado
hay un trecho que es muy largo / culebroso y muy amargo.
Un pacto sí tengo yo / pero jamás con el Diablo
el pacto que les menciono / es un pacto con mi llano
tierra de monte y camino / de sorpresas y de agrados
de polvorientos caminos / y terronales casqueados
que tapan los aguaceros / cuando el invierno es tramado.